Mimeógrafo #123 Agosto 2023 Ahora las cenizas de mi PrimaCarlos Abraham (Líbano-México) Qué mal cuando llega el momento en que tenemos que despedirnos de nuestros seres queridos, quienes dejan indicaciones de lo que quieren que se haga con su cuerpo... pero nunca piensan en dejar las cosas pagadas y arregladas.
La historia comienza hace 70 años, cuando nació una pequeña de un matrimonio, donde el padre era tremendamente exigente a todas las situaciones, y con un fuete les pegaba a sus hijas para controlarlas. No logró tener al hijo varón con ese matrimonio. La madre de esa época les enseñó a ser unas melindrosas, donde solo comían pechugas de pollo, otra comida la veían con cara de desprecio; pasó la etapa del colegio, pero al llegar la etapa de tener novios, igual las controlaba y no las dejaba salir con ningún muchacho del barrio. Pasaron algunos años y ellas fueron crecieron, dos se fueron por el medio artístico y la otra no le quedo más que ponerse a buscar al hombre adecuado para que la sacaran de “esa casa”, como le decían al hogar que habitaban. Pasó el tiempo y se encontró al hombre perfecto, con un trabajo en el poder y 20 años mayor que ella, casado y con hijos de otra, volviéndose la amante perfecta. Era tan finita y bajita que le quedó bien el papel, era como una japonesa que esperaba al señor en casa por las noches o a la hora que quisiera; veía emocionada los regalos que le llegaba. Ella nunca logró poner bien los pies en la tierra, pues en dos momentos futuros de su vida intentó suicidarse con pastillas básicas que solo le causaron malestar estomacal. Entrar a un hospital y molestar a la tía y al sobrino predilecto para que la fueran a ver al lecho hospitalario, vestida con una bata de tela satinada de Tailandia, la cual le había traído su amante de un viaje de trabajo que había realizado por Asia tras una visita a empresas maquiladoras de proyectos para apoyar países emergentes. La prima de la historia comenzó a bailar flamenco en espectáculos en la gran ciudad, creció, y como no quería a su padre, se fue a trabajar a la embajada de otro país en el viejo continente donde bailaba flamenco en los eventos de embajadores. Vivió muy contenta, pero algo le hacía falta de su país, algo que le llenara el corazón. Llegó un momento de suerte, la invitan a bailar por un año, un shaik árabe a su hotel que lo acababan de inaugurar, logró poner una buena atracción en el lugar, donde todos los hijos, primos asistían a verla. Se llenaba de aplausos todas las noches, ella parecía feliz cuando terminaba, se rodeaba de flores; cuando llegaba a su habitación para dormir, estaba completamente cansada y satisfecha de sus logros. Comenzaron los problemas internos del país, por lo que le pidieron lo pensara si se quedaba un tiempo más o se tenía que salir. Algo chueco le pasó por la cabeza, pero tomó la peor decisión de su vida, regresar a su país natal. No tardó más que 28 horas para que estuvieran paradas sus dos hermanas en la salida de llegadas internacionales del aeropuerto. Qué va a pasar con su futuro, la única opción era irse a trabajar a bailar en un hotel en Acapulco, ella era feliz de estar cerca del mar, al estilo como una artista de época de la edad dorada. El dueño del hotel la contrató primero por 5 años, le daban de alojamiento una habitación, pero platicando con su hermana, esta le dijo que le pediría dinero a su amante para que se comprara alguna propiedad cerca del mar. Cuando encontró la casa nunca les dijo que no estaría cerca del mar, que estaría cerca del cielo, le encantó una casa en lo más alto de las montañas guerrerenses. Comenzó a arreglar la casa a su gusto, lástima que cuando creciera estaría perdida entre calles las de Acapulco, ahora sintió que le faltaba algo más para llenar su corazón, y era un hombre que viviera con ella; se buscó un marido, pero no se fijó que no trabajaba, era empresario y eso le ayudó después a crear su propia empresa atelier de baile español. Organizó la boda y asistió toda la pequeña familia, lo importante era que fuera la tía querida y el primo adorado, al que siempre le decían cosas para que apoyaran a realizarlas. La prima feliz, pues con el emprendedor marido que encontró, le ayudó a abrir una academia, donde el recibía a las madres con sus pequeñas. —Bienvenida, señora, a la Academia Fufu, déjeme sus llaves de su vehículo y yo lo estaciono, pero antes le muestro las opciones de pago. ¿Como me va a pagar?, ¿con cheque, en efectivo o tarjeta crédito o débito? Pequeña, pasa a los lockers a dejar tu maleta y después pasa al fondo, al tablado, ahí comienza la clase en unos minutos. Se escuchó a lo lejos otros cláxones de autos, pero no pudo salir a mover el vehículo que le dejó la señora, porque no termina de atender, recibir y cobrar. Lo peor, suena su reloj y ya es la hora donde debe correr y prender el equipo de sonido para dar el comienzo a la clase. Al principio así fue cada dos horas en todas las tardes que tuvieron éxito de casa llena. Al terminar cada noche, mientras ella recogía el material, él limpiaba el piso para dejar todo listo para el día siguiente; caminaban antes de irse unas cuadras para cenar unos ricos tacos al pastor, para después subir el cerro y luego llegar a casa. Todo marchó bien, hasta se compró un vehículo usado, bueno, se lo compró a él, que manejaba feliz por la costera y calles anexas. Todo lo que sube tiene que bajar, comenzó a decaer la ciudad, lo que ocasionó que las alumnas se salieran y ya no se recicló la lista. Como fue se educación desde pequeña, la pobre prima comenzó a comer menos calidad y a fumar demasiado, su logro máximo diario fue de tres cajetillas de cigarro, imaginó rompió el record. Cuando le afectó los problemas de la ciudad cerró su academia, no le quedó más que dejar todo en Acapulco, hasta al marido, y huir con una hermana. Optó por su gusto al arte, teniendo una academia de baile irlandés, desgraciadamente son muy hermanas pero nunca se apoyaban al máximo, no podía permanecer con la otra hermana, que para esa época ya había muerto su viejito de 100 años, pero ahí su hijo es medio histérico, con ataques de loca desaforada, además de tener una enfermedad en secreto, optó por intentar estar, pero no era aceptada por fumar todo el tiempo. Pasó una tarde fumando en el jardín, acompañada del perro de la casa, pensando qué haría, pues apenas había fallecido su querida tía, entonces lo que le quedaba era irse a molestar al primo para vivir con él, que siempre le llamaban para todos los detalles de sus vidas. No logró madurar como mujer, ni como persona. Le llamó al primo, para decirle que se iría a vivir con él, pues nadie la aceptaba, este tuvo que mover cosas para darle un espacio y pudiera continuar con la vida y la fumada. Ahí comenzó la carrera de su vida, comenzaron los problemas de salud como ansiedad, mala calidad de comida, tabaquismo, glucosa alta, que el cuerpo le cambió y comenzó a ir su salud para abajo, perdiendo todo el interés. El primo le tuvo que poner una enfermera día y noche, y comenzaron las visitas a los doctores, hasta que le dio pie diabético y le cortaron una parte, después comenzó la etapa de permanecer más tiempo dormida, hasta que llegó el día en que fue requerida por el Señor, y lamentablemente falleció. Nadie pudo estar con ella esa noche especial para muchos, pues el marido tenía miedo a enfermarse si asistía, y el sobrino de su hermana, tenía que trabajar en una junta y no podía moverse a pasarla con su tía en el momento de su cremación, creo que se volvieron enemigos. Al primo le quedó que debe depositar la urna, lo que quería ella, era estar en alguna parte de su Acapulco, muchas piden así para cuando mueren, la hija de su hermana también cerró la academia de baile irlandés luego de fallecer la mamá; la hija fue a depositarla al mar azul de Acapulco, rentó un yate espectacular de 24 pies, acompañada por las hijas, con sus novios y algunas amistades. Fue algo fabuloso, estar con cervezas navegando; después dos minutos de silencio, uno de los atractivos marineros aventó la caja de madera de cedro al mar y esta se va sumergiendo poco a poco, hasta que de repente el capitán acelera y vuelve a poner la música a un alto volumen, para seguir navegando. No recuerdo, pero creo que junto a un arrecife en mar adentro, que ya los capitanes saben su localización con el GPS, hay un jardín repleto de cajas con cenizas. El primo cansado por tanto sube y baja le pidió ayuda a su hermano de 8 años, más chico de edad, nunca ha captado que este pequeño individuo no realizó bien sus estudios por meterse a bailar en la compañía, que después de un tiempo lo sacaron e intentó irse a Europa, para hacer una gira, pero solo lo aceptaron para mover la tramoya, lo que tanta falta de madurez, también lo volvió un anti simpático ser, que quiere ser el indispensable y chistoso en las reuniones que asiste. Creo que todos los que sigue por Instagram dice que son sus amigos íntimos, le da miedo permanecer solo en algún espacio de cuatro paredes, y para colmo es hipocondríaco. ¿Qué significa ser hipocondríaco?, es una pregunta prohibida en esa casa, pues desde pequeño le hicieron creer que lo máximo y chistoso que existía en el mundo. Este le platicó a su hermano ideas para depositar a la prima, pues como se acercaban las vacaciones festivas los lancheros le suben al triple los costos de estas actividades. Bueno, las opciones que pudo pensar, fueron:
Dejando fluir la mente tras esta pandemia, aunado a la escasez del sol, nos hace crear mucho, pues este chavo creó las ideas de cómo depositar las cenizas de la prima, en Acapulco. Se quedó pensando sobre cómo podría abrir la ventana de un avión de esos de costo barato y lanzar la caja cuando gira para desender a la pista para el aterrizaje, pensó pero recapacitó en que la velocidad del viento podría moverla y dejarla caer en algún edificio donde ya no recuperarían las cenizas. Van a pensar bien en estas vacaciones sobre cómo depositar esas cenizas en Acapulco, buscarán un libro para dummies en Samborns, creo que el libro se llama “Depositar cenizas para Dummies”.
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