[…] Ariadna una persona perfeccionista, al punto extremo de desarrollar una fobia poco frecuente, conocida como Atelofobia […] (M.S. Alonso – De cómo y cúando nació la Atelofobia en Ariadna) De cómo y cúando nació la Atelofobia en AriadnaM.S. Alonso (Venezuela) La palabra “perfeccionista” como adjetivo, es definida según Oxford Languages como: “Persona que tiende a buscar la perfección en todo lo que hace, de manera tal que, tiende a mejorarlo indefinidamente sin decidirse a considerarlo nunca acabado”.
De cómo y cuándo comenzó a ser Ariadna una persona perfeccionista, al punto extremo de desarrollar una fobia poco frecuente, conocida como Atelofobia, poco se sabía. No fue sino hasta transcurridas tres décadas desde la tierna infancia, que ella comenzó a tomar psicoterapia. Esto la hizo consciente de un comportamiento que la acompaña desde la niñez. A la actualidad, la fobia se mudó a otros lugares, más, sin embargo, sus esbozos se arraigan fuerte en su vida adulta. Corría el año 1988, cuando el primer indicio de lo que más adelante seria trasformado en Atelofobia, acaeció. Ariadna, hubo cumplido seis años, comenzaba a cursar primer grado de primaria. La condición de todos sus útiles escolares, cuadernos, libros de aprendizaje, lápices de carbón y de colores, pega, cartulinas, tijeras, sacapuntas y borradores, era de un pulcro excepcional; coincidiendo a su vez, con la presencia de la niña. Notable hecho que era alabado por la maestra y directora de la UNIDAD EDUCATIVA MONSEÑOR HUMBERTO QUINTERO. Lo que ocultaba la pulcritud de Ariadna niña, era la necesidad de ver todo a su alrededor en perfecto estado. Por ejemplo, si un borrador comenzaba a estar sucio o desgastado por el uso, la niña pedía a su madre reemplazarlo con uno nuevo. El usado, la niña lo regalaba a algún compañero que lo necesitase. Lo mismo ocurría con los lápices de carbón y de colores. Lo que se gastaba por el uso, quedaba desechado para ella por no ser perfecto, pues desde muy niña aprendió que lo perfecto era todo lo recién adquirido. Por otra parte, dicho comportamiento, pronto traspasó la barrera de los útiles y notas escolares, siendo llevado a la ropa y al comportamiento. Y es que Ariadna, al ser perfeccionista, comenzó a temer equivocarse en cualquier ámbito de su corta vida. Conversaciones con la psicoanalista demuestran que, a través de los años, la ahora mujer, sufrió a ataques de ansiedad por el temor a no ser perfecta ni suficiente para los demás. El comportamiento, que permitió a la psicoanalista identificar la fobia muchos años después, fue la ejecución del llenado de vouches bancarios o cheques para efectuar algún pago. El mismo, comenta Ariadna, era revisado una y otra vez por ella, a finales de la adolescencia, veintena y parte de la treintena de su vida. Inclusive, afirma, que por no gustarle como quedaban los números o las palabras, rompía el formato y realizaba el llenado de uno nuevo. Posiblemente, esta manifestación ansiosa, es de las fobias en la que su padre tuvo mucho que ver, pues durante la niñez, cuando se equivocaba en algo la regañaba al punto de llegar a los gritos. Cancelar la cuota mensual de la universidad, era para ella un suplicio, pues a su padre no le agradaba como ella realizaba los números. Se dice de ella, que el rasgo psicológico de la perfección, ya era parte de su personalidad, pero que pudo transformarse en fobia, debido al entorno social.
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